viernes, 7 de septiembre de 2012

El deseo no tiene color...

http://www.universitarios.cl
Corrompida, tu carne entre mis fauces.
Entero, tu cuerpo que se desliza en cada bocanada.
El pellejo de tu última palabra que se retrae deliciosamente.
Trozo eyaculatorio del recuerdo insípido que busca en la “d” de deseo el detritus de aquella mirada sanguinolenta que devuelve, a la comunión de todos los santos, la naciente gota de tu semen consagrado a la beatificación de mi lengua virgen. Altar del tiempo y la memoria que duele en cada una de las catorce estaciones donde ese pequeño dios escurridizo levanta su cuerpo para entregarlo a la miseria de los pobres hombres pobres.
Entonces mi sangre no era un pretexto.
Aquella midriasis eterna me devolvía a la oscuridad.
Para buscar mi cuerpo en la herida de esa calle abierta a la lluvia.

No hay comentarios: