Silvia Lazarte:
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Nada menos que una mujer de pollera elegida como presidenta de la asamblea constituyente. la que se suponía que tenía que traernos el vivir bien. Aproximadamente ya han pasado 6 años de aquella asamblea, trato de imaginar cómo te sentías, me llenaba de esperanzas escucharte contar que tu padre te decía que porque eras mujer y la mayor tenías que dar oportunidad a tus hermanos, tú querías cambiar eso.
Dijiste que ibas a trabajar para que se termine la marginalidad y la discriminación, te juro que me sentía esperanzado, tal vez era cierto, tal vez ahora se respetarían mis derechos pensaba, tal vez ahora pueda salir a la calle sin máscaras pues una chola dirige mi nueva constitución, nunca imaginé lo que pasaría en la Callancha y en el momento de tu posesión no pensé que tu falso moralismo me quitarían muchos de mis derechos, con los que crees que me haces un favor al reconocérmelos, si, así es el poder y los que nos dirigen creen que nos hacen un favor al gobernarnos.
Creen que les debemos algo por hacer respetar algo que por obligación nos corresponde, yo me gano ese derecho estudiando, trabajando, enamorando todo eso y más entre tanta homofobia y no lo hago con orgullo ni vergüenza lo hago con alegría porque mi venganza es ser feliz como dirían las Mujeres Creando. Esa felicidad que te hace retorcer cuando demuestro mi amor en vía pública, todavía no has podido comprar las calles, mis carcajadas que te inquietan cuando rezas a tu dios, el que supuestamente te dijo que soy un anormal, supongo que es él que te hace creer que ser marica sólo significa meterlo y sacarlo, sacarlo y meterlo, pues ser marica no se trata solo de eso. Es salir todas las mañanas a la feria a ganarse el pan nuestro de cada día, es ir a la oficina persignándose antes de salir para que no lo despidan cuando descubran que es homosexual, es ir a al curso a soportar las risitas, es tragarse su mariconería por miedo hacer excluido.
Cuanto apuesto que había más de un maricón y una ONG en la asamblea que no hicieron nada por hacer respetar los derechos de igualdad para todos, no porque les falte ganas, tal vez por no llevarse mal con la jefecita, la ortodoxa, la que sin remordimientos me quitó varios de sus supuestos favores en Oruro para después ser elegida personaje del año. Fue cuando empecé a desconfiar de este gobierno y ahora me apestan mis palabras las que se pudrieron en mi boca pero ya no las callaré, nací de esta manera y haré respetar mis derechos que son una obligación, no un favor.
¡Soy Marica y Qué!
Atte. Maricón tercermundista.
