miércoles, 20 de junio de 2012

Ocho locas, un funeral...


Percy Fernández:
http://www.radiofides.com
 Tus manos en las nalgas de Bravo ante la morbosa cámara blanca del noticiero nocturno, la que te anuncia la subida del precio del pan con el sound track de rambo, esa tv con el mal copiado formato gaucho, donde salían tus manos llenas de la erótica del poder, la que no te da límites, la que te acompaña con ademanes cuando insultas a la prensa y al oficialismo. Y por favor no vayas a pensar que los defiendo, ni mucho menos que estoy de lado de ellos, me dieron la espalda hace mucho tiempo, no por mi pose o mi voz marica, sino más bien porque sabían que podía cuestionar su  machismo, ese formato con el que crecí porque, aunque te gusta ignorarlo, yo crecí con tu misma seducción, yo crecí aprendiendo homofobia.
Yo no caí del cielo con crujidos de hambre a ritmo electro, nací de la tierra, sólo que yo si pude volar, sacudirme el barro y vivir mi doble vida que, aunque no me guste, así nomás es. Por dentro marica libre forever, por fuera hermosos disfraces para tu orgasmo visual, tengo de todo; el del oficinista, el del albañil, el que va al mercado y el que más me gusta, mi piel desnuda y morena, la que lleva el tatuaje invisible para tapar mi vergüenza. El oficialismo y la prensa me hicieron lo que mismo que tú, me dieron mi gueto donde yo no podría verles más el bulto, donde se ahoguen mis ideas y termine usando todas mis fuerzas en el “Mis Gay Transformsita” el cual perdí, pero mi alivio es decir que eso es discusión política, casi imitando a una familia paceña que dicen tener mucha gala.
Ese gueto donde me pintaste estrellitas y soles en el techo de calamina plástica, la que te hace dar cáncer, a ver si te libras de mis risitas maricas, esa juntucha donde no podías verme ni escucharme. Y sólo me hacía digno de salir un día al año donde tenía que lucir mis galas para desfilar en la pasarela que tú mismo marcabas cada año casi como carrera de obstáculos con una meta y una llegada, para después seguir la carnada de condones para caer nuevamente en mi gueto donde ya no pueda joderme más. Me gustaría poder escuchar a mis hermanos maricas donde se dice que hay un poco mas de libertad, en una tierra caliente generosa, escuchar si esa libertad es eral, si se puede romper el gueto, escuchar que haces tú por ella, no me gustaría tener la poca fuerza que me queda por eso ¡fuerza maricada camba!
¡Soy Marica y Qué!
Atte. Maricón tercermundista.

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