Iván Cornejo:
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Mi gran incógnita para escribirte es tu
estilo vendedor, ese estilo que utilizas, machista, sexista y sobre todo
homofóbico. La homofobia paradójica que las ONGs usan para venderse, parece que
todo se trata de vender y comprar como un primer mandamiento “sobre todas las
cosas”, pues claro si uno no se vende se muere de hambre, literalmente, y el
hambre es más fea que una blasfemia. Me parece que tus insultos, tus bromitas
esas que aumentan el raiting y me hacen dar mi ataque de humanista defensor de
los derechos maricas no son nada, porque mientras tú las haces yo gozo y cosifico
el “Mis Bolivia Gay”, voy y me vendo a una ONG por un fajito de plata coladito
con un poquito de SIDA.
Y mis chismes de ambiente, los que nunca
faltan en mi conversación, de locas calientes deseando ese macho colonizado,
¿con qué moral puedo criticar tus bromitas vendedoras?, si yo mismo me vendo a
ese sistema machista que, aunque me guste negarlo, lo hago con gusto. ¡Ufa!, ni
qué decir de estos días 17 de Mayo “Día de la lucha contra la homofobia y la
transfobia”, todas las maricas salimos a las calles gritando a voz seca y ronca
¡basta de homofobia! ¡basta de discriminación! ¡basta! Mientras nunca nos
faltamos a un “Del cielo al infierno” ni tampoco a un “Con todo respeto”, ni
qué decir de ese juajua y ese chúpate esa mandarina.
Tenía pensado escribirte hace mucho
tiempo, escribir lo asqueroso de tus programas, decirte como me duele el
corazoncito cuando me insultas, decirte, tal vez, porque la homofobia y el
machismo vende tanto. Pues eso ya no me preocupa, con todas esas noches que
pasé pensando, como diría la Gaynor, “me hicieron fuerte”. Me preocupa limpiar
mi casa, me preocupan esos niños que nacen con la manito doblada y que sus
pares te escuchan a todo volumen mientras viven esa vida que les vendes, con
esa voz que sale a media mañana y a media tarde, tan profunda, ofreciéndote el
combo alcohólico, supuestamente irresistible, para atraer mujeres. Ese crédito
que sirve para pagar la otra deuda, como si pagar una deuda con otra fuera la
solución, todas esas cosas que nos ofreces sin que olvides esa cuotita machista
y homofóbica que te ayuda en gran manera.
Me pregunto si tus programas tendrían el
mismo éxito si eliminaras de ellos todo el machismo y sexismo, de seguro que
cuestionarían tu orientación sexual, porque ser machito de la esquina se trata
de eso, juntarse con los cumpas a presumir su machismo, a ver quién la tiene
más grande o quién cogió más o quién cogió menos, quién es el menos mariquita,
etc. Pues para ser maricón no hace falta que se te doble la patita, te
sorprenderías al saber cuántos de tus machitos disfrutan como locas en mi
ambiente. ¡Chúpate esa mandarina!, a la mierda con mi y tu homofobia platuda te
lo digo con todo respeto.
¡Soy Marica y Qué!
Atte. Maricón tercermundista.
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