jueves, 23 de agosto de 2012

Ocho locas, un funeral...

Ricardo Claure:
http://ricardoclaure.blogspot.com
Déjame contarte cómo es que me recordé de ti… “A la hora del diezmo y pagar misa no importa ser marica”, fue uno  de los carteles que usamos con mis compañeros para ir en protesta en pro de la dignidad y libertad en el día del supuesto orgullo gay. Fuimos por casi todas las iglesias céntricas de la ciudad buscando la incomodidad de los hermanos cristianos, esa incomodidad que sienten al darse cuenta de su doble moral, a diferencia de ustedes que nos maldicen y desean el fuego eterno, fuimos a bendecirlos al mejor estilo “Soy Marica y Qué”, tal vez para que las iglesias dejen de usarnos como un instrumento más para atraer aquellos moralistas crónicos que, con tal de no ver nuestras evidentes vidas libres, no dudan en soltar el billetito supuestamente para tu dios.
Como si dios tuviera bolsillos o un kiosco donde gastar el diezmo, y no te preocupes porque ya escuché tu excusa, dices que el dinero recaudado es pro “evangelización” no creo que dios necesite tanta propaganda en una radio, una televisora, iglesias por aquí y por allá, manejar carro del año, etc., etc. Me pregunto si nuestro dios realmente es tan banal, sólo falta condones con tu cara en pro de la disque salvación del alma repartiéndose en las fiestas de ambiente, como parte del programa “el retorno al rebaño de los maricas”, espero que eso sí pase, entonces sí me tragaría el cuento de que eres un Jesús moderno que acabará con la supuesta Sodoma y Gomorra en donde nos manéjanos los que sí tenemos respeto por la vida.
Casi como un profeta sé lo que piensas de la vida marica, en tus ojo se puede ver el morbo, cómo imaginas las orgías y el libertinaje, todavía me pregunto de donde te nació esa idea, tal vez sean fantasías tuyas pero mejor no juzgo tu vida porque en verdad la respeto. Aunque no todo se trata de sexo y excesos porque mi pecado fue amar al prójimo mientras tú te llenabas la boca como un falso profeta auto nombrándote vocero oficial de dios. Escupiendo al gritar que todos arderemos, como si fueras dueño del infierno. Yo conocí el amor, aprendí a respetar, a creer que si se puede construir y ser mejor persona, ya no intento comprender a dios, si es que existe no lo sé pero no tengo nada contra eso. Te deseo suerte o bendiciones, como tú prefieras, haber si un día logras salir del ropero de la hipocresía.
¡Soy Marica y Qué!                                          
Atte. Maricón tercermundista. 

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